
Verdigris
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"Porque aquel ser me tenía cariño, y ser amado por un monstruo era la mejor de las protecciones contra el horrible mundo." El verano de 1969 parece interminable. A sus trece años, Michelino ya ha leído demasiados libros y pasa las vacaciones con sus abuelos, en una casa de campo donde un viejo sirviente, Felice, está perdiendo la memoria. El niño inventa un juego: poner en orden los recuerdos de este Hombre del Verdigrís, encarnación de miles de monstruos fantásticos, mediante ingeniosos dispositivos mnemotécnicos.
