¿Respiras bien? Responder a esta pregunta es esencial para tu calidad de vida. Inhalar y exhalar es mucho más que un acto reflejo que nos proporciona oxígeno. La frecuencia y el ritmo con que llenamos nuestros pulmones pueden lograr que tu ansiedad desaparezca, que tus digestiones sean eficientes y el descanso, reparador; aumentará tu resistencia física y mejorará tus dolencias respiratorias. Es una herramienta mágica que, sin embargo, la mayoría de nosotros ignoramos. Y lo que es peor, lo hacemos tan mal que sometemos a nuestro cuerpo y a nuestra mente a un estres innecesario y nocivo. Primer error (el peor): respirar por la boca. Segundo error: hacerlo más veces de las necesarias.